UNA MADRE REPERCUTE A SU HIJO EL IVA DE UN PLATO DE LENTEJAS

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El pasado veintiséis de agosto, como cada jueves, Adolfo García, de 45 años, administrativo de profesión y natural de Santa Perpètua de Mogoda, fue a comer a casa de su madre, Roberta Martínez. Una vez terminado un suculento plato de lentejas, Adolfo se quedó atónito al descubrir bajo la servilleta una discreta nota solicitándole el pago de 1,07 euros en concepto de IVA.

“Ya me extrañó que hubiera tanta panceta en las lentejas, porqué mi madre es muy mirada para estas cosas”, declaró a este medio el sujeto pasivo del inesperado gravamen. “A pesar de que el gasto extra no me llega en el mejor momento, justo ahora con un ERE abierto en mi empresa, respeto la decisión de mi madre, y seguiré acudiendo puntualmente a mi cita semanal” aseguró Adolfo no sin cierto orgullo en sus palabras.

Según explica Roberta en una extensa entrevista telefónica (la cual puede reproducirse de forma íntegra en el apartado multimedia de la sección premium), “al principio solo quería poner en valor mi trabajo en la cocina, pero ahora me siento en cierta manera una emprendedora, y no descarto abrir nuevas líneas de negocio, como lavandería o guardería”. Además, Roberta demuestra estar al día en materia fiscal: “ya me he anotado en el calendario que a partir del uno de septiembre tendré que aplicar el 10% en vez del 8%”. E incluso se adentra en el terreno macroeconómico animando al resto de amas de casa a seguir su ejemplo: “si todas las madres lo hiciéramos, el PIB registraría un incremento de varios puntos, lo que no le vendría nada mal a la maltrecha economía de nuestro país”.



Una nueva noticia de la sección economía ficción. Aunque soy consciente de que por mucho que me esfuerce, nunca podré superar a la realidad, especialmente la que estamos (sobre)viviendo en estos tiempos extraños.

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