Tiempo estimado de lectura y visionado: 8 minutos
Si, seguro que habéis visto por tele y prensa un montón de anuncios sobre estos productos. En general recurren a la falacia del futuro. Os recomiendo una brillante reflexión al respecto, extraída de la película "Lugares comunes":
Otros anuncios tratan de persuadirnos para que contratemos un plan de pensiones recurriendo descaradamente al miedo, con la amenaza cada vez menos velada de que el sistema público de pensiones está a punto de desmoronarse. Pero lo más curioso es que algunas entidades, como Bankia, enfocan su publicidad tocándonos la vena sensible de nuestra infancia, con pinceladas de humor:
Hay que reconocer que éstos de Bankia son unos cachondos. Aunque claro, si yo hubiera recibido 23.000 millones de euros (mil millones arriba, mil millones abajo) también estaría la mar de contento y chistoso. Me los imagino preparando la campaña del próximo año: los miembros
del Equipo A, ya entrados en años, reunidos en una puesta de sol y diciendo aquello de "me encanta que los
planes salgan bien".
Además de la publicidad, es probable que vosotros, que sois gente de posibles, hayáis recibido llamadas, mensajes o emails de vuestro "gestor personal" del banco, para que no dejéis escapar las ventajas fiscales de los planes de pensiones y contratéis uno (o hagáis nuevas aportaciones si ya lo tenéis) antes de fin de año. Como aún no os verán muy por la labor, para tratar de cerrar la venta aderezarán la oferta con algún regalo o directamente pasta. Por ejemplo, hace unos años me llegaron a ofrecer un 5% a tocateja si traspasaba mi plan. Al cabo de pocos días retiraron la promoción, e imagino que al responsable de la campaña le caería un buen cachete por haberse dejado llevar por la euforia navideña.
¿Así que tú tienes un plan de pensiones? Más de uno estará pensando. Bueno, si, pero no fue algo voluntario. En la empresa donde trabajaba nos lo abrieron a todos los empleados. Esta ha sido una práctica generalizada hasta la llegada de la crisis para trabajadores de empresas grandes y funcionarios. De hecho, el gobierno se está planteando para el año que viene un sistema semiobligatorio de planes de empresa en el que todos los trabajadores deberán ser incluidos.
Ahora bien: ¿Son interesantes los planes de pensiones privados? Vayamos por partes:
Para los bancos, por supuesto. Probablemente se trata del producto de ahorro del que pueden extraer una mayor rentabilidad (aún considerando la próxima reducción del 30% en las comisiones máximas anunciada por De Guindos), y durante un montón de años (de momento hasta los 67 años, y a partir de 2027, ya veremos...).
El gobierno también está muy interesado en promover los planes de pensiones privados, de hecho es su principal impulsor, otorgándoles un trato cada vez más favorable (e incluso obligatorio, como antes he comentado). Su objetivo: pasar del actual sistema de reparto basado en la solidaridad intergeneracional a un sistema de capitalización individual. Recuerdo como en la facultad de Economía, concretamente en la asignatura Macroeconomía IV, se nos demostró con un modelo matemático que el segundo sistema era más eficiente. En aquel momento me fascinaron esas fórmulas tan complejas y elegantes, pero hoy más bien siento vergüenza. Porqué tras una fachada de aparente objetividad, se escondían juicios de valor de lo más tendencioso, en linea con el dogma neoliberal.
Y por último, pero más importante, al ciudadano, ¿le interesa contratar un plan de pensiones? En términos estrictamente economicistas, el hecho de no tener que tributar por el dinero invertido hasta la jubilación supone a priori un beneficio importante (siempre que se pueda aportar una cantidad igualmente considerable, como mínimo 200€ mensuales. Para importes menores, con el dinero acumulado no se va a ninguna parte) . De todas maneras, en buena medida se trata de un brindis al sol, porqué es imposible saber (ni tan solo imaginar) que fiscalidad tendremos de aquí 10, 20 o 30 años. Además, la indisponibilidad del plan hasta que el retiro nos puede jugar una mala pasada en caso de necesitar el dinero antes, si bien se han ampliado los supuestos de cancelación anticipada. Eso si, hay que tener mucho cuidado si se rescata el plan por invalidez, enfermedad, desempleo, ejecución hipotecaria... ya que el importe se imputa en la renta del ejercicio en cuestión y ello puede conllevar la pérdida de toda ayuda o subsidio.
Además, cada vez que se abre un nuevo plan de pensiones privado, más se acerca el momento de asestar el golpe definitivo al sistema público de pensiones. En la actualidad hay más de 10 millones de titulares de planes de pensiones en España, y a partir de una cifra no muy superior, el gobierno podrá plantear su supresión sin que ello suponga un descalabro electoral. No es momento para abrir el (falso) debate sobre la insostenibilidad de las pensiones públicas. Una de las pocas cosas que tengo claras es que existen recursos más que suficientes para que nuestros mayores disfruten de una vida decente. Lo que ocurre es que ello es incompatible con la indecente acumulación de esos recursos por parte de una minoría dominante.
Por último, si se generalizara a nivel mundial el sistema de pensiones privado, no alcanzo a imaginar el poder devastador que tendría ese capital billonario recorriendo el planeta guiado únicamente por la maximización del beneficio. Esta situación otorgaría una fuerza sin precedentes al mercado y supondría un sometimiento absoluto de la democracia, conformando un futuro fatídico incluso para aquellos con un flamante plan de pensiones. Vale, quizás me he puesto demasiado tremendista, pero en cualquier caso, aunque la mismísima abeja Maya te ofrezca un plan pensiones (con un ipad4 de regalo incluido), mejor piensatelo 2 veces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario