Es posible que durante las últimas semanas algún familiar, amigo o compañero de trabajo te haya preguntado si piensas asistir a la manifestación mundial del 15 de octubre. En tal caso es probable que hayas optado por una respuesta escurridiza (no es nada personal, simplemente me baso en criterios estadísticos para suponer que formas parte a esa mayoría discreta que evita mojarse aunque caigan chuzos de punta). Pero tempus fugit amig@; el 15-O está a la vuelta de la esquina y no podemos seguir dando largas al asunto.
Para facilitar una decisión argumentada he recopilado algunas de las razones más utilizadas para distanciarse de las reivindicaciones nacidas a raíz del 15-M:
- ¡Pero si no saben ni lo que piden!
- ¿Una protesta mundial? Cada país pedirá cosas diferentes.
- Yo ya estoy mayor para estas cosas.
- No va a servir de nada.
- La Democracia se demuestra en las urnas.
- No hay para tanto. La situación empezará a mejorar en breve.
- Puede ser peligroso asistir.
- Sólo van a ir 4 gatos.
- Va a estar abarrotado de gente.
- Con métodos pacíficos no se consigue nada.
- Aquí todo el mundo roba todo lo que puede.
- Me encantaría, pero justo a esa hora tengo que ir a ****.
- Ya va mi **** en representación de la familia.
- Es que me da una pereza…
- No puedo porque tengo que estar con mis niños.
Basta con combinar un par o 3 de estas afirmaciones y tendrás argumentos más que suficientes para escaquearte del engorro de tener que asistir a la manifestación. Y listos.
¿O no? ¿De dónde sale esa incómoda vocecilla? Creo que la cuestión bien merece 5 minutos, 5 tan solo, de reflexión.
- ¡Pero si no saben ni lo que piden!
Bueno, el slogan "¡Democracia Real Ya!" o el subtítulo “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros” resultan suficientmente explícitos, ¿no? Mi interpretación resumida, como he comentado en otras ocasiones, es que se pide algo tan obvio como que la política y la economía estén al servicio de la mayoría, y no al de una minoría como ocurre ahora. Y por definición, es absurdo que la mayoría de personas no esté de acuerdo con semejante reivindicación.
- ¿Una protesta mundial? Cada país pedirá cosas diferentes.
Hombre, qué duda cabe que el grito “no hay pan para tanto chorizo” es genuinamente español, pero la petición es extrapolable a cualquier rincón del planeta: es universal. De hecho los desafíos a los que nos enfrentamos son globales, así que es necesaria una respuesta igualmente global. Además, dicen que “la unión hace la fuerza”…
- Yo ya estoy mayor para estas cosas.
No importa que edad tengas, todos somos pasajeros del mismo barco (cuyo nombre empieza por T…). Y si eres pensionista, más motivos para implicarte. Primero por solidaridad intergeneracional con los trabajadores en activo (que al fin y al cabo son los que te están pagando la pensión), y segundo porque formas parte de uno de los colectivos que más sufrirían los recortes que vienen.
- No va a servir de nada.
Aunque ese fatalismo ha arraigado con fuerza en la sociedad, carece de fundamento. ¿Realmente piensas que el ser humano ha llegado al cenit de su desarrollo? Y en cualquier caso ¿Será más útil quedarse en casa viendo “Cine de Barrio”?
- La Democracia se demuestra en las urnas.
Votar es condición necesaria pero no suficiente para tener Democracia. Por poner un ejemplo, en Corea del Norte se vota (¡y con un 99,9% de participación!).
- No hay para tanto. La situación empezará a mejorar en breve.
Esto sí que es un ejemplo de sumisión de la razón ante la fe. Salvo que poseas información clasificada que prevea una próxima invasión alienígena, no alcanzo a concebir cómo puedes pensar que las cosas mejorarán por si solas de seguir con la apocalíptica tendencia actual.
- Puede ser peligroso asistir.
Aún cuando las fuerzas del “orden” están mostrando un grado de brutalidad creciente, ni España, ni la mayoría de lugares del mundo, son Siria (donde hay que admirar a los manifestantes, auténticos héroes que se juegan literalmente la vida). Yendo con un mínimo de precaución no se corre ningún riesgo.
- Sólo van a ir 4 gatos.
- Va a estar abarrotado de gente.
Obviamente las 2 anteriores afirmaciones son excluyentes entre sí. Pero ambas dicen mucho acerca de la (pobre) personalidad del que las utilice.
- Con métodos pacíficos no se consigue nada.
De acuerdo, si piensas así es mejor que no asistas y que te quedes en casita (leyendo por ejemplo alguna biografía de Gandhi). Uno de los factores de éxito es que la protesta sea 100% pacífica. Al menos por parte de los manifestantes. Esperar el mismo comportamiento a las fuerzas de seguridad me temo que sería pedir demasiado.
- Aquí todo el mundo roba todo lo que puede.
¿Tú te consideras un ladrón? Yo tampoco. Es lógico que los verdaderos responsables de la crisis difundan este tipo de afirmaciones (“Todos hemos contribuido a la actual situación, blablablá…”) ya que les exonera de su culpa. Lo que no es lógico es que nos lo creamos y dejemos de exigir responsabilidades.
- Me encantaría, pero justo a esa hora tengo que ir a ****.
Con todos los respetos hacia esa partida de mus, petanca o futbol sala, quizás no sería tan grave postergarla unas horas. Admitámoslo, la agenda de un sábado tarde no acostumbra a estar repleta de asuntos ineludibles…
- Ya va mi **** en representación de la familia.
Si claro, y si te parece apelando a la teoría evolutiva enviamos un mono a la mani y nos vamos todos de cañas.
- Es que me da una pereza…
Semejante sinceridad desarma. Supongo que poner en un cesto de la balanza tu pereza y en el otro los valores de libertad y justicia tampoco logrará que ésta se decante hacia la segunda opción. Seamos más pragmáticos pues: si no te movilizas hoy, es probable que en el futuro tengas que trabajar más por menos ¿Eso no te da más pereza aún?
- No puedo porque tengo que estar con mis niños.
En este tipo de movilizaciones, reivindicativas pero a la vez lúdico-festivas, los chavales se lo pasan pipa y participan como el que más aplaudiendo y cantando. Quizás sea por su naturaleza juguetona (que los adultos tendemos a perder), o quizás sea porque son conscientes de que lo que hay en juego les afecta a ellos más que a nadie.
Espero que la decisión de quedarte en casa o salir a la calle el día 15 sea fruto de la reflexión y no se base en meras excusas. Y ojalá coincidamos, porque, humildemente, creo que es un paso necesario que tenemos que dar todos juntos. De lo contrario, si permanecemos inmóviles, estamos condenados a hundirnos, pues el suelo está desapareciendo bajo nuestros pies.
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